Seguimos con la serie de posts Evaluación del Aprendizaje, y esta vez
abordaremos la relación que existe entre los tipos de pruebas existentes y el
hecho educativo.
Las Pruebas Orales y las Pruebas de Ejecución miden el grado o nivel del
saber en el estudiante; también miden la forma e importancia de la animación
educativa y el conocimiento del aprendizaje en el educando.
Las Pruebas Escritas que contengan preguntas cerradas miden el grado o
nivel del saber en el educando por lo que son aptas para medir la instrucción
en el alumno.
Por último, las Pruebas Escritas con preguntas abiertas miden el
conocimiento operante del educando, por lo que son aptas para medir el aprendizaje.
En el diagrama siguiente, se puede sintetizar las diferentes pruebas que ya
enumeramos en el post anterior y su intencionalidad en la medición del hecho
educativo.
Entonces, ¿cuáles son los propósitos de la aplicación de cada tipo de pruebas
y qué utilidad tienen para el profesor?
Las pruebas orales y de ejecución son realizadas con el fin de averiguar la
capacidad del alumno para describir, analizar, evaluar, opinar, medir,
experimentar y proponer una explicación que sea razonadamente adecuada y
sustentada de acuerdo con la formación que se ha adquirido durante una unidad,
módulo o curso.
Son útiles para el docente porque le permiten valorar el grado de
aprendizaje en el alumno, la medición de su instrucción y el grado de éxito en
la animación propia del hecho educativo.
Las pruebas escritas con preguntas de tipo cerrada son realizadas con el
propósito de medir el alcance de la adquisición de saberes por parte del
alumno, pues con ellas se mide su instrucción, es decir, la forma como adecuada
o inadecuadamente el alumno ha adquirido por memorización o relación el saber
contenido en una unidad, módulo o curso.
Son útiles para el docente porque le permiten medir el nivel de instrucción
en el alumno y por ende su recepción hacia el saber.
Las pruebas escritas abiertas son realizadas con el propósito de conocer el
grado de aprendizaje por parte del alumno, pues con ellas se mide su
experiencia, es decir, la forma como adecuada o inadecuadamente el alumno ha
adquirido un conocimiento por propia experiencia, contenido en una unidad,
módulo o curso.
Son útiles para el docente porque le permiten medir el nivel de
conocimiento en el alumno y por ende su experiencia personal.
En la próxima publicación nos enfocaremos a las pruebas escritas con
preguntas cerradas, que como muchos recordarán son aquellas en las que existe
una sola respuesta correcta. Se verán los tipos de preguntas cerradas, ejemplos
y recomendaciones para su elaboración.
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